No Mires Atrás – P1

“Acordaos de la mujer de Lot.” Lucas 17:32
Jesús está hablando lo que hoy día llamamos escatología, el estudio de las profecías de los tiempos finales. Está anunciando lo porvenir refiriéndose al “Día del Señor”, y menciona que vendrá sin aviso. Nos alerta a que estemos preparados porque no sabemos cuando es. Y compara lo inesperado de esos acontecimientos venideros con dos sucesos históricos. Primero, con el diluvio, el tiempo donde todos: “Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.” (Verso 27). Y continúa: “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.” (Versos 28-29). Los elementos comunes entre ambas historias son: 1) lo inesperado del acontecimiento, y 2) “los destruyó a todos.” Jesús está hablando de los últimos tiempos, y continúa diciendo que, en aquellos días, dos estarán durmiendo en la cama, y uno será tomado y el otro, dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas, y una será tomada y la otra dejada, y de repente suelta ese cortísimo verso: “Acordaos de la mujer de Lot.”
Tantas mujeres importantes mencionadas en la Biblia, y Jesús nos aconseja acordarnos de una cuyo nombre ni siquiera aparece, sino es referida como la esposa de alguien, de Lot en este caso. La historia es famosa: Dos ángeles llegaron a Sodoma para sacar de la ciudad a la familia de Lot, sobrino de Abraham, para salvarlo de la gran destrucción que, debida al juicio de Dios en ese mismo momento comenzaría. No fue fácil dejar en un instante todo lo conocido para ir, sin nada, a lo nuevo. Pero cuando Lot y su familia se alejaban de Sodoma sin ver atrás, tal y como el ángel les había instruido, “… la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él [de Lot], y se volvió estatua de sal.” (Verso 26). Creo que el mensaje es simple pero muy poderoso. El justo vivirá por fe, por lo que viene adelante. No debemos mirar atrás. “las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17). Aun en medio de la inestabilidad y la incertidumbre del mundo en que vivimos, Dios rescata a los suyos (como lo hizo con Noé y con Lot y sus familias), es decir a los creyentes. Los tiempos difíciles no son para huir, son para avanzar, para mirar hacia adelante, jamás hacia atrás.
“Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9:62
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