De Corazón, como para Jesús

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;” Colosenses 3:23
En los versos anteriores Pablo viene hablando acerca de cómo tratar a nuestros cónyuges, hijos, padres y aún amos (ya que había creyentes sirvientes). Sin embargo, luego hace un giro y literalmente dispara estas dos frases que creo que son como el barniz que debe recubrir todo lo que hacemos: 1) “hacedlo de corazón” (no por obligación sino con amor y excelencia, con diligencia y sin queja), y 2) “como para el Señor” (no para agradar a las personas ni a nuestra carne, sino al Padre). ¡Que extraordinaria invitación a llevar una vida significativa! ¡Qué manera de deshacernos de toda negligencia e hipocresía! Dios quiere que hagamos las cosas con el corazón, con pasión, con esmero y gozo, como si lo estuviéramos haciendo para Dios. Pero lo más hermoso es que nos dice que seamos así “en todo lo que hagamos.” En otras palabras, no hay tarea ni acción que, por irrelevante que sea o parezca, no merezca hacerse con gozo y esmero. Podemos convertir todo lo que hacemos en un servicio a Dios. No importa si es la mayor manifestación de nuestros dones o la más simple de las tareas. Hacerlo todo de corazón, como para el Señor…
¿Estás escribiendo un libro? Hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Estás orando, intercediendo o edificando un gran ministerio? Hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Estás limpiando el baño o cocinando? Hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Estás tomándote un café con tu cónyuge o jugando con tus hijos? Hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Estás en medio de un reto personal y necesitas perdonar a alguien o pedirle perdón? Hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Es hora de entrenar y tienes flojera? Hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Quieres dejar un mal hábito que ofende a Dios? Pídele su guía, si fuerza, y hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Estás viendo una película y surge una escena que sabes que, al verla, ofendes a Dios? Deja de verla o al menos adelanta esa escena. Hazlo de corazón, como para el Señor. ¿Tienes miedo por una presentación de negocios, una enfermedad delicada, o un problema financiero que no sabes cómo resolver? Avanza con temor y todo, de corazón, como para el Señor. ¿Estás sirviendo a un cliente con tus conocimientos como psicólogo, plomero, taxista, coach o arquitecto? Hazlo de corazón, como para el Señor. Vivamos en el Espíritu…
“no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;” Efesios 6:6
Debe estar conectado para enviar un comentario.