No Pierdas Tu Alma

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26
No deja de maravillarme lo que muchísimas personas están dispuestas a hacer para llamar la atención, para ser vistos, seguidos o admirados. La sociedad está tan vacía por su rebelión contra Dios y su separación de Él, que muchos buscan a diario alivio, aceptación y aprobación en algo nuevo, novedoso, llamativo. Se vuelven “controversiales” y creen tener una opinión “experta” acerca de todo. Se creen importantes según su propia imaginación. Al no tener una identidad firme (por no entender que Dios los creó, los formó y los hizo), buscan ávidamente cualquier estímulo que los haga sentir valiosos, sea este el dinero, la fama, la admiración, poder o reputación. No importa si para ello deben comprometer sus ideas y principios, vender, mutilar o lastimar sus cuerpos, hacer el ridículo o literalmente entregarle sus almas al diablo. “Profesando ser sabios se hicieron necios.” Mientras mayor la ignorancia, mayor es la arrogancia. Son los que Judas, el hermano de Jacobo llama “… nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;” (Judas 1:12b).
Tenemos que ser muy corto-visionarios para pensar que vamos a vivir acá para siempre, que nos vamos a llevar algo, que no confrontaremos consecuencias, o que “lo bailao no me lo quita nadie.” Hay que ser muy ingenuos para creer que podemos burlar a Dios, y que, sembrando espinos y cardos, cosecharemos higos y uvas; que haciendo el mal recibiremos bien. Dios es misericordioso, pero es santo y demanda arrepentimiento. Su gracia tiene fecha de expiración, y aunque tarde siglos para venir, una vez que morimos, se nos acaba el tiempo. Yo quiero exhortarte hoy a que no te dejes engañar por lo que dicen los ignorantes. Jesús intercede a diario por tu vida y alma, pero si tú le das la espalda, Él no va a obligarte, no puede hacerlo porque respeta tu sagrada voluntad. Te guste o no, te parezca justo o no, el día que partas de este mundo terrenal (y todos lo vamos a hacer), serás juzgado delante del Rey del universo, ante un Dios Santo que está lleno de amor, pero también de justicia. Él no va a cambiar de opinión ni puede alterar sus leyes solo por compasión contigo. Eso sería injusto con los que de corazón le siguen. Ya entregó a su propio Hijo para darnos vida. Estás advertido. No esperes más. Elige la vida…
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.” Isaías 55:6.