Viviendo en Su Voluntad – P2

“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;” Deuteronomio 10:12

Creo que hemos “romantizado” o quizás debería decir, idealizado lo que llamamos la voluntad de Dios. Muchos lo asocian con su llamado, de modo que cuando les preguntas cuál es la voluntad de Dios para sus vidas, responden con grandes sueños ministeriales, empresariales, laborales, financieros o familiares. Nada de malo con eso, sin embargo, Dios no anda ocupado primordialmente en que logres tus metas o en que tengas profunda paz y tranquilidad. Claro que, si caminas con Él, sus bendiciones te alcanzarán, pero bíblicamente (lamento decepcionarte) tus resoluciones del año en curso e incluso tu llamado, no son tan importantes para Dios como tu corazón, tu carácter, la prosperidad de tu alma. Y en este verso se resume la voluntad de Dios para nosotros su pueblo, ya seas judío por nacionalidad o como yo, un gentil injertado en la semilla de Abraham a través de la sangre de Jesucristo. Y este verso resume lo que Dios pide (es decir, su voluntad): 1) que temas a Jehová tu Dios, 2) que andes en todos sus caminos (no solo algunos, sino todos), 3) que lo ames, y 4) que lo sirvas con todo tu corazón y tu alma.

Antes de que Dios te de la voluntad específica para tu vida, Él espera que cumplas la Palabra en general para todo creyente. Es como a un buen empleado, antes de que su jefe lo proponga para un ascenso, el trabajador debe haber mostrado responsabilidad, carácter, excelencia y buena comunicación, solo por mencionar algunos atributos esenciales. Si la persona no cumple en lo poco y sencillo, la empresa no le dará algo mayor y complejo. De igual modo, Dios no te va a dar una Palabra específica para tu vida, si no caminas en su voluntad. El primer paso para conocer la voluntad de Dios para tu vida es aceptar a Cristo como tu único y suficiente Salvador, buscar su rostro a diario en oración y alabanza, leer su Palabra, y dejar que su Palabra nos transforme a través de la renovación de nuestro entendimiento. La voluntad de Dios no es un destino, es una jornada; no es un mapa, es una forma de vida. Debemos aprender a estar en la voluntad de Dios estemos donde estemos, en situación buena o mala, fácil o difícil. Vivamos agradando a Dios. ¿Cómo? Yo creo que un verso de Pablo contiene ese secreto:

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;” Colosenses 3:23

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