Desintoxica Tu Alma

“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” Efesios 4:31

Al momento de escribir esto estoy en mi octavo día sin probar café ni dulces. Pensé que sería fácil, pero no lo ha sido. Estuve fuertes dolores de cabeza por varios días, debilidad, mareo y otros síntomas por la costumbre de consumir mucha cafeína. El punto es que nunca me consideré un adicto al café, hasta que quise deshacerme de él, por lo que tuve que perseverar en un riguroso proceso de desintoxicación. Y lo mismo nos pasa con otros hábitos que no son necesariamente adicciones, pero son muy dañinos, y requieren que pasemos por un riguroso proceso de transformación y desintoxicación. Cuando leemos esta carta de Pablo, quizás reaccionemos pensando “yo no tengo ninguna amargura o ira”, pero si tratamos de dejarla, es posible que sí tengamos algo de ella. Observa la manera que tratas a tu cónyuge e hijos, a tus padres, hermanos y amigos. ¿Piensas que toda la juventud está perdida, que todo tiempo pasado fue mejor, y que esta generación no quiere trabajar? Seguramente esos sentimientos provengan de una raíz de amargura.

¿Te enojas fácilmente al punto que te la pasas pidiendo disculpas a quienes ofendes, porque tiendes a hablar y gritar, y solo después pensar? O peor aún, maltratas a otros y no les pides disculpa porque tu orgullo te lo impide. Necesitas pasar por un riguroso proceso de desintoxicación. ¿Haces continuamente chistes de doble sentido? Se llama malicia, y el apóstol nos dice que el pueblo de Dios debe ser libre de todas estas prácticaqs. Ahora bien, podemos orar a Dios para que nos ayude, pero fíjate que dice: Quítense de vosotros, es decir, Dios no te la va a quitar, tú tienes que hacerlo. La pregunta es ¿qué hay en tu corazón? ¿Está herido, falto de perdón, angustiado, inseguro? ¿Sientes que perdonar o pedir perdón es un acto de debilidad y por eso te aterra la vulnerabilidad? ¿Qué heridas tienes guardadas en tu corazón? ¿Un padre o madre que quizás nunca te validaron y ahora buscas la aprobación a través de ser temido? ¿Maltratas a tus empleados o hijos para que sepan quien eres y respeten? Tus palabras son las balas, pero tu corazón es la pólvora…

“Porque de la abundancia del corazón habla la boca.” Jesús en Mateo 12:34b

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