Saca a los Incrédulos

“Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.” Marcos 5:40

Jesús llegaba con Jairo a la casa de éste, a quien le informan, sin preámbulo ni compasión algunos que su hija estaba muerta y además le piden (aunque suena casi como un reclamo), que no moleste ya más al Maestro. Básicamente le estaba diciendo: No hay nada que hacer, lloremos, no hay solución. Pero Jesús le dice a Jairo que no tema, sino que crea, y luego se dirige a los que lloraban y se lamentaban y les anuncia que la niña no está muerta, sino que solo duerme. Ellos comienzan a burlarse de Él, pero le seguían y observaban por haber dicho algo que, a sus ojos naturales era absurdo: que la niña dormía. Jesús sabe que va a hacer un milagro portentoso regresando el alma de la niña a su cuerpo y conciencia, pero una obra tan hermosa no es para la vista de todos. Ante la puerta de la habitación donde yacía el cuerpo de la niña, y donde estaban los familiares y amigos lamentándose y haciendo duelo entre lágrimas, gritos y sollozos, Jesús hace algo que hoy consideraríamos políticamente incorrecto: “echando fuera a todos., tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con Él” (que el verso 37 nos aclara que son Pedro, Juan y Santiago), y entró donde estaba la niña.

Pero ¿por qué hizo esto Jesús si Él es mayor que todo nombre que se nombra y todo le obedece? Probablemente para enseñar a sus discípulos y a nosotros. En Hechos 9:40 vemos como Pedro, habiendo aprendido esta lección de su Maestro, antes de levantar a Tabita de entre los muertos “sacando a todos, se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.” Tú y yo necesitamos amigos creyentes, personas de fe. Los creyentes maduros en el Señor son las personas que queremos alrededor cuando todo comienza a desvanecerse. No necesitamos incrédulos a nuestro alrededor, personas que te roban la fe y nos dicen siempre que “ya es muy tarde, que es imposible que ese sueño ocurra, que no tienes las fuerzas para llevar ese proyecto delante, que tu matrimonio ya se ha dañado demasiado, que tu hijo nunca volverá, que siempre serás pobre, etc.” Puras mentiras del diablo. Cuando ores, enciérrate con tu Padre que ve lo secreto, y cuando necesites un milagro, ya sea para ti o para otros, debes sacar a todos los incrédulos. No les cuentes ni expliques, no son malos, pero están cegados. Busca a Jesús porque Él le dijo a la niña “Levántate,”

“Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años.” Marcos 5:42a

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