Las Grietas en el Carácter, y su Impacto

“Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.” Números 22:13

El rey Balac, asustado porque una gran cantidad de israelitas se acercaba a los contornos de su reino, estaba muy preocupado por un potencial ataque inesperado. No tenía la capacidad militar para vencerlos, por lo que usó una táctica muy conocida y usada por los hechiceros: la maldición. El sabía de un “profeta” llamado Balaam que al parecer era codicioso y amaba el halago y el reconocimiento. El astuto rey Balac envía a sus príncipes con regalos y halagos, honrándolo falsamente para corromper su corazón. ¿Por qué digo eso? Porque el pedido era uno solo: Maldíceme a Israel. Este Balac conocía el poder que hay en la bendición y maldición, y estaba convencido de que si Balaam, como profeta, los maldecía, Israel sería maldito y entonces su pueblo (los amonitas) podrán vencer al numeroso ejército israelí.

El requerimiento era inimaginable e injustificable. ¿Cómo Balaam maldeciría al pueblo que Jehová sacó de Egipto? Algo interesante es que ya Dios le había dado a Balaam dos órdenes simples y directas: 1) no vayas y 2) no maldigas al pueblo porque es bendito. Le estaba diciendo en otras palabras, no vayas ni llames a nada de una forma diferente de como yo la llamo. Pero Balaam tenia una grieta en su carácter. Estaba impactado por la riqueza del rey y por los honores y falsa honra que estaba recibiendo, y eso estaba desviando su corazón. Por eso hace algo inesperado en un profeta: culpar a Dios. Vuelve a leer el texto y verás que Balaam, en vez de decirle a los príncipes que Dios le dijo que no, y punto, dice que “Jehová no lo quiere dejar ir”, como algo injusto y que puede cambiar. Como el joven que quiere salir con sus amigos y culpa a sus padres que no lo dejan. Esta indefinición de Balaam, esta falta de clara y diligente obediencia a Dios (recuerda que obediencia parcial es desobediencia), le costó muy cara al profeta quien terminó desechado por Dios y considerado ya no un profeta sino un adivino.

“También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor, entre los demás que mataron.” Josué 13:22

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