Hombres de Poca Fe – P1

“Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?” Mateo 16:8

Jesús les estaba hablando a sus discípulos de guardarse de la levadura (hipocresía) de los fariseos y ellos, como se les había olvidado traer pan para todos y seguramente se sentían culpables, pensaron que Jesús les estaba corrigiendo con indirectas, pero Jesús es siempre directo. Él no usa atajos. Y Jesús los confronta a ellos (y a nosotros hoy) por nuestra frecuente insensatez y poca fe diciéndonos: “¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos?” (versos 9-11). En otras palabras, ¿Qué tienen en la cabeza? ¿Creen que me preocupa el pan? ¿Acaso no lo he multiplicado ya varias veces hasta que sobrara? ¿Por qué concluyen que me refiero al pan? Y yo agregaría: “usen sus cabecitas”, pero la verdad es que así somos. Dios ha hecho cosas maravillosas, nos ha perdonado, sanado, sostenido, librado, protegido, proveído, salvado, y un día, como no nos sale un negocio en un almuerzo, pensamos que se debe a que Dios está molesto porque no oramos.

Jesús nos invita a no tener poca fe sino una fe grande. ¿Basada en qué? En lo que Él ya ha hecho por nosotros. Piensa por unos momentos: ¿De qué tienes que dar gracias? ¿Qué hay realmente bueno en tu vida? Todo eso viene de Él. Santiago nos enseña que todo buen regalo proviene del Padre quien nunca cambia. Juan el Bautista nos recuerda que nada podemos recibir que ni venga del cielo, dejando por fuera la casualidad, la suerte, el azar. David nos dice que no hay bien para nosotros fuera de Dios, y el mismo Jesús nos hace saber que separados de Él, nada podemos hacer. Vivimos en tiempos muy difíciles para ser irracionales. Debemos entender lo que ocurre. Todo tiene una razón. Si eres un hijo o hija de Dios, si has confesado a Jesús como tu Salvador, Él no te ha olvidado ni te va a dejar. Él es nuestro buen Pastor. Solo cree.

“No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.” Lucas 12:32

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